El gran poeta Antonio Machado no necesita presentación. Fue una de las más destacadas personalidades de la generación del 98 y hoy al cabo del tiempo, cuando muchos de sus contemporáneos están teniendo dificultades en superar esta prueba, Machado encuentra su lugar entre los más excelentes de nuestra literatura.

 

La figura de este poeta andaluz , que nació en Sevilla en el año 1875 y vino a Soria como catedrático de francés, está indisolublemente unida a Soria y así lo reconocen los estudiosos de su obra que acuden a con sus trabajos a  las instituciones sorianas para su difusión.

Fue en Soria donde el poeta creo una de sus obras más características, fue en Soria donde el poeta dejó su corazón a la muerte de su esposa y es en Soria a donde llegan multitud de peregrinos de la poesía con “Campos de Castilla” bajo el brazo, es precisamente de este libro de donde vamos a extraer un fragmento de una de sus más famosas leyendas, la trágica “La tierra de Alvargonzález”, en la que hace referencia a Salduero.

Desde Salduero el camino
va al hilo de la ribera;
y a ambas márgenes de río
el pinar crece y se eleva,
y las rocas se aborrascan,
al par que el valles se estrecha.

 

Los fuertes pinos de bosque
con sus copas gigantescas
y sus desnudas raíces
amarradas a las piedras;
los de troncos plateados
cuyas frondas azulean
pinos jóvenes; los viejos
cubiertos blanca lepra,
musgos y líquenes canos
que el grueso tronco rodean,
calman el valle y se pierden
rebasando ambas laderas.
 


Comparte esta Página